REQUIEM POR FONTANARROSA
¡Hombre, que vaina!, se murió el negro Fontanarrosa, yo ni siquiera sabía que estaba enfermo. Guardo muy buenos recuerdos de él. Yo no lo conocí en persona, pero conocí su obra y conocer una obra es conocer a su autor. (Uy, que bonito me salió eso)
Quería escribirle algo al negro pero no hallaba como empezar, así que apelé a mis recuerdos, que es una buena forma de honrar a los muertos ¿no?
Cuando yo era niño, mi mamá me llevaba a donde un doctor de apellido Saavedra, un benemérito galeno (uy, que bonito me salió eso), ya de cierta edad, que en la salita de espera de su consultorio dejaba las Lecturas Dominicales de El Tiempo donde yo me solazaba mirando las caricaturas de Quino y leyendo a Boggie el Aceitoso. Entiendo que después lo quitaron de sus páginas por que dizque era una apología al sicariato (medida tonta en un país donde la gente se espanta por boberías y banaliza las tragedias)
Cuando estaba en el colegio, haciendo mis pinitos como caricaturista traté de parodiar al personaje de Fontanarrosa con una burda copia que se llamaba “Bonnie, el mantecoso”.
Entre mi colección de historietas tengo cinco tomos de Boggie el aceitoso, pero en otras publicaciones tengo varias caricaturas de él.
Con un humor negro, recalcitrante, Boggie un matón y mercenario mostró desde Suramérica, la moral y el American Way of life (ah? El estilo de vida americano) que no ha variado mucho...
He aquí algunas perlas:
El progreso ha eliminado la necesidad de tener enemigos para obtener una muerte violenta.
¿Qué siente cuando mata a un hombre? Si uso silenciador no siento nada.
- Boggie, tu ya no me quieres como antes…
- ¿Qué te hace pensar eso?
- ¿Qué ya no me quieres como antes?
- No, que antes te quería.
¿Odias a las mujeres Boggie? No te equivoques, reservo el odio para cosas más importantes.
Cuida tú la forma americana de vivir, tía. Yo me ocuparé de la forma americana de morir.
El único instrumento de cuerda que me gusta es la horca.
Inodoro Pereyra, Eulogia y mendieta deben estar tristísimos en su rancho, allá en la Pampa, recordando al Negro, tal vez como lo recuerdo yo en la foto del tomo I de la Enciclopedia del humor, con su barba y su cabello negros, saludable, no enfermo. Yo ni siquiera sabía que estaba enfermo. Chao negro.
jueves, 16 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario